Ya estaba empezando a oscurecer, lo mejor era entrar a la casa ya que
supuestamente en un ratito íbamos a comer. Mi idea era caminar, pero
tenia a Pedro pegado a mi, no podía ni moverme.
Pau:Pedro, para -dije, mientras intentaba de sacar sus manos de mi
panza- con un beso ya te descontrolas, nene.
Pedro:Es que no puedo creerlo, osea.. pensé que no querías.
Pau:Entiendo tu emoción, pero podrías soltarme? -reí- quiero mover
los pies y a la vez ir avanzando, no seguir acá.
Pedro:Bueno, pero me das otro beso? Sino no te suelto -dijo y le di
un pico, me soltó.
Entramos a la casa y nos encontramos con la mamá de Pedro, no nos
habíamos saludado, es mas, creo que no tenia idea de que estaba en
la casa.
Ana:Paula, que sorpresa -dijo saludándome- como andas?
Pau:Bien, por suerte. Usted?
Ana:Bien y por favor, no me trates de usted.
Pau:Voy a intentar.
Pedro:Ma, con Pau vamos a dormir en la casa del árbol, es una
prenda.
Ana:Una prenda?
Pedro:Perdió a un juego y como odia los bichos la prenda era dormir
ahí.
Ana:Ah, linda prenda -rió- bueno chicos, en un ratito vayan a la
mesa que vamos a comer.
Pedro:Esta bien.
Ana se fue. No había mucho para hacer, Pedro me había preguntado si
sabia jugar a la play pero mi respuesta era muy obvia, no. Subimos a
su habitación y él cerro la puerta, luego un viento fuerte abrio
fuerte su ventana y miramos a través de ella, el cielo, las nubes,
se venia una gran tormenta.
Pau:Así vamos a dormir afuera? Voy a morir.
Pedro:Es un vientito nada mas, no pasa nada.
Pau:Un vientito nada mas? Pedro podes mirar afuera por favor
Asomo la cabeza por la ventana y un viento fuerte vino a él además
de mover todas las hojas de los arboles de un lado al otro y provocar
ese ruido único.
Pedro:Bueno, vamos a estar los dos en la casa del árbol, no nos va a
pasar nada, capas se nos vuelan algunas cosas, pero nada mas.
Se escucho un grito de que estaba la comida, así que terminamos la
conversación y bajamos. Pedro se sentó al lado mio, además en la
mesa estaba su hermana Agustina y su mamá. ¿Su papá? Nunca lo
había visto y por lo que sabia hace mucho que no vuelve a la casa
por trabajo, a Pedro se lo veía feliz, pero es muy obvio que eso no
le hacia bien y mas cuando su papá estuvo incluido en una de las
conversaciones de la mesa, yo solamente escuchaba.
Ana:Bueno, hablando de su padre, tengo una noticia para darles. Hace
poco pidió unos días y la semana que viene vuelve, solo tres días,
porque mas no puede, pero me prometió que a partir de ahora va a
venir mas seguido.
Su cara de felicidad, su sonrisa era imborrable, la de él y la de
Agustina, los dos estaban muy felices.
CONTINUARA
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